Resurgir mirando hacia el futuro

Por Omar Auton

“En el espacio de tiempo que media entre una fé que muere y una fé que nace, la frivolidad pone su imperio. Los viejos altares se van apagando y los nuevos tienen apenas una llamita incipiente, que no alumbra aún el camino de las oscuras catacumbas donde fermenta el futuro. Antes del tornado se produce un vacío”

                                                                                                Arturo Jauretche

   Empezando el año, un año que no arrancó con vacaciones precisamente y que augura seguir así de intenso, con un paro y movilización de la CGT que dejó mudos a “amigos y enemigos” ya que el progresismo no supo, durante los días previos y los inmediato posteriores, como explicar que la “burocracia sindical” formada por “dirigentes enriquecidos” que no representan a nadie, los tomó por sorpresa con una iniciativa de ese tipo mientras ellos se preparaban para el viejo y remanido discurso de reclamar que el movimiento tomara la iniciativa y a “enemigos” porque también subestimaron la fuerza y representatividad de la central obrera.

Es llamativo que permanentemente reclamen que la CGT se ponga a la cabeza y conduzca el enfrentamiento con los gobiernos antinacionales cuando no pueden ocultar su odio y desprecio hacia la dirigencia sindical, agudizado por el hecho que saben que en su reclamo están reconociendo que carecen de toda fuerza o poder como para poder ser ellos los que asuman la convocatoria. Más aún deben haberse sorprendido pocas horas después cuando una encuesta de Zuban, Córdoba y Asociados entre el 25 y 26 de enero y con 1500 encuestados reconocía que la central obrera recogía un 40% de aprobación, en momentos de una crisis de representación sectorial que abarca a organizaciones sindicales, empresariales, políticas y hasta religiosas.

   He usado como introducción a este texto unas palabras de Jauretche, que expresan una idea muy similar a la archiconocida cita de Gramsci, desconocida aquella y usada cotidianamente esta última por todo aquel que quiera dar un matiz científico a cualquier texto, por supuesto que con Gramsci, como con Marx, Engels, Lenin, Mao, Rosa Luxemburgo, etc. uno no deja de sentir el mayor de los respetos, no así con sus epígonos locales.

Es que, ante la debacle previsible de la partidocracia argentina, Partido Justicialista incluido, anatematizada como “casta” muy acertadamente por el actual presidente, expresada en el vacío “que presagiaba el tornado”, vacío de ideas, lealtades, liderazgos, ni que hablar de conducción, pertenencia o vínculo con el pueblo y en altísimo número de la mínima honestidad reclamable, todos éramos conscientes que salvo un milagro estábamos a las puertas de una nueva crisis como la del 2001.

Sí, es necesario reconocer que Sergio Massa llevó a cabo un esfuerzo conmovedor y que el movimiento obrero y la militancia “de pata al suelo” se cargaron la campaña en sus espaldas, el remontar la magra cosecha electoral de las PASO y ganar la primera vuelta, estando a apenas tres puntos del triunfo definitivo en esa instancia y luego conseguir más de 11 millones de votos, aunque no alcanzó para lograr la victoria, tuvo rasgos de una epopeya popular.

Consideremos que Cristina Kirchner y el kirchnerismo daban por perdidas las elecciones desde diciembre del 2021, pretendieron ungir un candidato sin chance alguna,  trataron hasta último momento de apoderarse de la Provincia de Buenos Aires para generar desde ahí una nueva “resistencia” y terminaron aceptando a regañadientes a Massa y la fórmula Kicillof-Magario en la provincia, pero brillaron por su ausencia en la campaña salvo en los municipios donde los candidatos a intendentes respondían a la Cámpora.

Los gobernadores se dedicaron a asegurar su “quinta” adelantando las elecciones en las provincias, sin poder evitar, en muchos casos, sorprendentes o contundentes derrotas (Chaco, San Juan, San Luis, Santa Fé, Santa Cruz). Movieron las estructuras partidarias para las elecciones de octubre, obtuvimos un claro triunfo con más de 10 puntos sobre las PASO, pero una vez asegurados los diputados, senadores o legisladores locales, volvió la ausencia sin aviso para la segunda vuelta con el resultado conocido.

Milei no pudo mejorar sus resultados de las PASO, su voto duro es del 30% y, en él, encontramos básicamente el enojo de diversos sectores sociales, especialmente, jóvenes, pobres y trabajadores pobres, informales, excluidos que ya “no tienen nada que perder”, en un país con 45% de pobreza y miseria, 45% de empleo y actividad informal y un sistema educativo que ya no asegura luego de 12 años de escolaridad ni siquiera que los chicos sepan las cuatro operaciones básicas de matemáticas o leer y escribir, ya ni hablemos de comprensión de textos. Corrió a arrojarse a los pies de un Mauricio Macri, que sólo esperaba esto para poner en marcha su revancha, tomarse venganza del pueblo argentino que lo eyectó del gobierno en el 2019 e ir por todos los negocios posibles, RÁPIDO Y FURIOSO.

El pueblo argentino dio la pelea por angustia y desasosiego, pero sin esperanzas, ya se horrorizaba (como cualquier ser pensante) ante la idea de Milei presidente, el tándem Milei-Macri significaba que Argentina cayera en manos del “Lado oscuro de la fuerza” y el fantasma de la disolución nacional empezó a tomar ribetes de posibilidad cierta. Por eso dio una batalla heroica y desesperada y logró tres cosas:

1. Asegurar un buen número de gobernaciones e intendencias, especialmente la provincia de Buenos Aires, que digámoslo de paso, obtuvo la victoria de Massa en la segunda vuelta ante todo el frente antinacional unificado, así como a la derrota de casi todos los demás gobernadores, salvo Insfrán en Formosa, creo.

2. Asegurar primeras minorías en Diputados y el Senado, cruciales frente a las iniciativas del actual gobierno.

3. Demostrar que más allá del poder devastador de los medios de comunicación que se alinearon ferozmente contra UxP, y de las redes sociales, la defección de la mayor parte de la dirigencia y el mal gobierno de Alberto Fernández, 11 millones de argentinos, casi un 45% constituyen un caudal nada despreciable para poner en marcha la reconstrucción del Movimiento Nacional (el PJ es otra batalla).

   No estamos ante un gobierno “Liberal libertario” o “anarco capitalista” ni ante ninguna de esas pavadas de moda en cuyo análisis distraen su ocio gran parte de los intelectuales progresistas, nos encontramos ante la restauración oligárquico-conservadora, más reaccionaria y profunda desde el 24 de marzo de 1976. Se busca retroceder no sólo a los años previos a la aparición del peronismo sino incluso anteriores a las postrimerías de la Década Infame, donde de la mano de Federico Pinedo se sancionó el impuesto a los réditos (actualmente a las ganancias) y se crearon las juntas reguladoras de carnes y granos, sus objetivos son:

1. Una Argentina absolutamente primarizada, con ingresos limitados a las exportaciones agropecuarias, sin industrializar, prueba de ello es el intento de fijar retenciones más altas para los productos elaborados, derivados de cierta industrialización de la soja o los granos, que a su exportación primaria.

2. Una apertura económica que arrase con los restos del modelo industrial y por ende de un modelo laboral con derechos, sindicatos, etc.

3. Una entrega absoluta de los recursos, litio, petróleo, gas, minería, pesca, que deje algunos centavos al Estado para cumplir meticulosamente con los acreedores externos.

4. Una privatización absoluta no solo del proceso de extracción, industrialización y comercialización de los recursos naturales sino de todo el sector científico técnico (informático, satelital, energía atómica, robótica, espacial) que permitirá aprovechar a los inversores extranjeros no sólo de los avances ya alcanzados, sino de mano de obra de alta calidad y bajos salarios para el contexto internacional, así como eliminar toda posible competencia para los monopolios extranjeros.

5. Asegurar para la oligarquía financiera, un pequeño sector de contratistas del Estado, filiales de los bancos, financieras y empresas transnacionales, las migajas del festín colonial.

6. Convertir a la Argentina en una “Guarida fiscal” para remitir utilidades y maximizar ganancias casi sin pagar impuestos.

7. Transformar a la Argentina en un lacayo internacional de los EE.UU, Gran Bretaña e Israel, en la disputa de este mundo multipolar, donde este eje viene perdiendo poder frente a Rusia, China, BRICS, ASEAN, etc., incluso con bases militares que se sumen a la de Malvinas, llegando de ser posible a destruir el Mercosur dejando solo a Brasil.

   Mientras el presidente hace papelones en Davos, libra guerras en X (ex Twitter)

habla con su perro muerto o manda al vocero presidencial a amenazar a aquellos que hagan bromas con el tamaño de su pene, además de ciertas apariciones televisivas que ponen en dudas su equilibrio psíquico o posibles ingestas farmacológicas, los Caputo, Sturzenegger, Mondino, etc., de la mano de Macri y AEA (el sindicato empresario de Galperín, Magnetto, Rocca, Ratazzi, Coto, etc.) y sus estudios jurídicos, verdaderos hacedores de los monstruosos DNU y Ley Ómnibus, trabajan a destajo para avanzar todo lo que se pueda y a la mayor brevedad posible en el plan de gobierno antes citado, una verdadera Biltzkrieg para arrasar toda soberanía e independencia nacional y  ni hablar de la odiada Justicia Social.

Sin embargo, y eso los enfurece especialmente, reaparecen focos de resistencia que amenazan con convertirse en un incendio, la movilización de la CGT convocó a inquilinos, comerciantes, artistas, organizaciones barriales, además de los trabajadores sindicalizados, el 45% que no lo votó está dispuesto a dar batalla y comienzan a desertar, aceleradamente por cierto para un gobierno que asumió hace 40 días apenas, muchos de sus votantes, mientras otros se encierran en el mutismo o se esconden detrás del “son todos iguales”, anticipo del “yo no lo voté”.

No obstante, la victoria es imposible si la protesta social no se encarrila en una oposición política y una alternativa concreta, LAS MARCHAS Y PAROS SE AGOTAN EN EL TIEMPO, como ocurre en Francia con la lucha contra el aumento de la edad jubilatoria, lo mismo con los reclamos de inquilinos, jubilados y artistas más allá del gran acierto de la CGT al unirlos con los reclamos laborales, es necesario reconstruir una alternativa política para recuperar la esperanza colectiva, transformar la rabia y el miedo en fé en un futuro posible, no queremos ser Alemania o Irlanda dentro de 35 años, queremos ser la República Argentina, ahora.

Para ello es necesario poner todas nuestras fuerzas en reorganizar al pueblo argentino, me refiero a encuadrar organizativamente a “las fuerzas de las tierra” y no lo digo peyorativemente sino porque me parece que el presidente nos dejó libre un espacio que debemos ocupar, los mas de 11 millones que votaron a Massa, los mas de 8 millones que no concurrieron a votar, conforman el espacio de los que, conscientes del peligro que significaba el Macrimileísmo, votaron a UxP aún sin entusiasmo o directamente no quisieron dar su voto a nadie, esas son “Las fuerzas de la Tierra”.

Me refiero a los argentinos que aún sueñan con construir su felicidad en la Argentina, que están defraudados, que rechazan al grueso de la dirigencia “peronista” ( pongamos ahí toda la variada fauna que se autocalifica como tal), que exigen otra cosa, que consideran, mayoritariamente, como agotado el ciclo de los Fernández (Cristina y Alberto) y muchos otros, incluso los que se deslumbran con los arrebatos doctrinarios de  un tipo que creó un espacio llamado Principios y Valores, cuando ha demostrado hasta el hartazgo que carece de ellos, por algo todo el aparato mediático se empeña en mostrarlo como la “opción”del momento.

La desmesura del actual gobierno nos facilita algunas definiciones:

1. Ser la Oposición real al gobierno que pretende sumir en la miseria a jubilados, trabajadores (registrados o no), pequeños y medianos empresarios y comerciantes, profesionales independientes, etc. Lo dice y lo pone en marcha con el DNU y el proyecto de ley que se está tratando en diputados.

2. Recordar que fuimos los que advertimos que Milei era un farsante, que iba a ser el instrumento del poder económico y de Macri parta saquear y poner en venta al país.

3. Ser los que nos enfrentamos a las medidas de este gobierno y damos la pelea en el Congreso y la calle.

4. Representar a varios gobiernos provinciales y cientos de intendentes agredidos con ferocidad por la voracidad de “negocios” del gobierno.

   Pero sobre todas las cosas debemos superar la vocación trágica de vivir rasgándonos las vestiduras y denunciándonos mutuamente por los errores cometidos. Hay que asumirlos y corregirlos para proponer a “Las fuerzas de la tierra” e incluso a muchos votantes de Milei, cuando se den cuenta que ellos también son parte de estas fuerzas y que fueron engañados, construir un camino diferente:

1. Que nos incluya a TODOS, que conduzca a universalizar el goce de derechos como la propiedad, el trabajo, la educación, la seguridad, el orden, la salud.

2. Que nadie defiende mas al individuo que nosotros, que siempre enfrentamos todo proyecto que insectifique a la persona humana, porque es lo mas valioso.

3. Que simplemente la suma de estos valores, entendemos, requiere que TODOS hagamos nuestro aporte de esfuerzo y de solidaridad, porque creemos en la comunidad.

4. Que destierre esta democracia deformada, la “partidocracia” de una dirigencia ajena a las necesidades de nuestro pueblo y vayamos a una democracia “participativa”, con revocación de mandatos, obligación de rendir cuentas patrimoniales al fin de la gestión, nosotros también queremos terminar con la “casta” pero para terminar con una dirigencia que apenas ocupa un cargo se muda a un barrio cerrado, anda en auto con chófer y varios celulares y deja de atender en sus viejos números de teléfono, además de usar al Estado como fuente de empleo para hijos, amigos, nueras, yernos, amantes y hasta ex esposas, no para aliarnos a la misma y gobernar según sus intereses.

¿Es posible? Claro que es posible, debemos empezar, y esto es una obsesión en todo lo que he escrito en los útimos tiempos, por organizarnos, los trabajadores debemos fortalecer nuestros sindicatos, el presente demuestra por enésima vez que nuestras organizaciones han sido, son y serán el único bastión de defensa de los derechos laborales.

Hay que apoyar la organización de los jubilados y locatarios, muchos de nuestros afiliados cuando se jubilan siguen perteneciendo a sus sindicatos, ahí hay una punta para comenzar, lo mismo con nuestros compañeros que alquilan, no hablo de representarlos en su lucha sino de ayudarlos a organizarse para que se “autodefiendan”.

Hay que encontrar los caminos para llegar a los jóvenes, especialmente con los que han sido lanzados al precipicio del no trabajar ni estudiar por un sistema educativo quebrado y una economía que no crece. Hay que construir un diálogo a partir de ESCUCHARLOS, antes que nada, también a los que víctimas de la pandemia y la interrupción de los ciclos escolares rinden culto permanente al “Gran Hermano” del Smartphone y no hablan ni con sus padres a la hora de la cena.

Hay que fortalecer la organización de las compañeras, superar los graves errores cometidos, no dejar que sus reclamos se usen para fragmentarnos nuevamente, algo de eso van a intentar con la derogación de la ley del IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), espero que hayamos aprendido de las funestas consecuencias de posiciones “ultras” o intolerantes que solo sirvieron para trasladar gran cantidad de votos de varones, jóvenes y de mediana edad a Milei y entendamos que la lucha es de mujeres Y hombres, contra un sistema que nos destruye a ambos.

Hay que sostener y profundizar el vínculo con los artífices de la cultura nacional, esta es, por sobre todas las cosas, una batalla cultural, el “alma” de nuestra doctrina es la Identidad Nacional, existe un SER argentino, como dijera Julio Paz en Cosquín, una cultura forjada a lo largo de siglos y que no van a destruir fácilmente.

Ah, quizás ustedes piensen ¿Y quién va a liderar esto?, aquellos que se muestren con coraje, convicción y honestidad para luchar por todo esto serán la futura conducción del peronismo, los futuros líderes, ésta será la fragua en que deberán mostrar su aptitud, habrá que estar atentos.